
Los primeros recuerdos que tengo del parque Sagrado Corazón se basan en dos cosas: monte y traba. Al pasar por ahí reinaba la oscuridad y entre tanta basura y hierba mala que crecía desaforada, se escurrían unas sombras que sin miedo y pena entraban para prender un porro y relajarse como ningún otro en el pulmón más grande de la ciudad de Barranquilla.
Lo que causa más gracia de todo el asunto es el hecho que, con una luz tenue, se distinguía una valla informativa anunciando que el parque se encontraba en vías de reconstrucción y éstas se comprendían básicamente de espacios verdes con cuidado, área con juegos para niños (Ya saben, sube y baja, columpios, rueda y resbaladero), y, sobre todo, vigilancia de la policía.
Conforme pasaba el tiempo sólo notaba que el monte no disminuía, que las sombras aumentaban y que el dibujo del tren con su carita feliz en la valla se encontraba oxidado y una buena parte de ésta se había ido al suelo, así como la esperanza de ver al pulmón inhalar y exhalar lleno de jóvenes y viejos disfrutando de él.
Pues bien, asumo que el dinero que estaba destinado para esta gran obra tuvo un rumbo “desconocido” en la cuenta del alcalde en turno junto con sus secuaces, y que llegaría otro a hacer lo que pudiera con lo que quedara ya que el plan estaba anunciado, pero el inicio de la obra cada vez era más lejano; en definitiva, sí hubo una reconstrucción y vaya si les quedó bien, pero según se entiende pasó de ser un proyecto de la alcaldía a una alianza entre ésta y la Triple A.
Por lo que haya sido, hoy en día el parque cuenta con todo lo utópicamente prometido, hay regadores y canecas para cuidar el espacio verde gracias a lo que le corresponde a la triple A, la zona de juegos tiene unos neumáticos, recuerdos vagos de dos columpios a medio caer y unos tronquitos con los colores primarios que disminuyen de tamaño y la idea es no caer al suelo, pero lo mejor es la policía que juega de cartón, mejor defensa y seguridad proporcionan la desconfianza y precaución que este personal capacitado que se hace uno con el humo de la marihuana en sus rondas nocturnas.
En todo caso, aquí está de nuevo el parque Sagrado corazón o mejor conocido como el Santo Cachón, ya que, según leyendas urbanas; recibió el nombre porque era el paradero de varias parejas que querían vivir su fantasía sexual de hacerlo en un espacio abierto y con posibles espectadores (imprimiéndole un poco de morbo al observador); mientras otras partes cuentan que misteriosamente apareció colgada de la mano que da la bendición un par de interiores femeninos haciendo burla de la imagen que está adornada por una fuente, que por cierto, ya no funciona.
El Santo cachón ha ganado su fama y ya puede categorizarse entre los parques más populares de barranquilla, aquí cada uno cumple su función, para tirar tabla y llevar a los niños a montarse en juegos pagos el Venezuela es la mejor opción, si quieres tomarte unos tragos con tu parche acude a el Rosado, para enmaizenarte una vez al año en un punto diminuto está el Washington y para entretenerte viendo a los viejos jugando partidos interminables de dominó y damas chinas está el de los músicos; pero, el Santo Cachón ya cumple con todo esto y más los mejores recuerdo de Miche Fest y para mí, el mejor espacio, ha sido ahí, los Sábados siempre se encuentran padres e hijos volando cometa o jugando un partido, se puede patinar, hacer rutina de ejercicios y cuando cae la noche existe una perfecta armonía entre las parejas que buscan un árbol sin luz, el aire semi-puro revuelto con el aroma oportuno de la lluvia o el porro mal visto y el que se sienta a tomarse unas frías o cualquier trago mientras observa a su alrededor como tantas cosas se reunen en un solo punto sin presuntos daños a terceros.
Como se puede ver, tal vez las viejas cosas que encerraba la valla oxidada y despedazada siguen ahí pero ahora adecuadas al ojo como una vista agradable, tal vez el parque ahora sirve para más cosas, yo seguiré dándole el uso que siempre le doy, mi lugar para pensar, para sentarme a respirar, para hablar con mi amigo El Gato debajo de la estatua con un par de frías y caribañolas y recaer siempre en el mismo punto: “Ése man con todo lo que ha visto y escuchado no le da la bendición a nadie, sólo pide 2 frías”.
Fotografía: Harold Lozada - http://www.haroldlozada.com
Link a la imagen: http://fc02.deviantart.net/fs23/f/2008/030/5/4/SantoCachon_by_Alicho.jpg