El 22 de Noviembre del presente año tuvo lugar el estreno de
la tan anhelada y aclamada película de “The Hunger Games” en su segunda entrega
de la triología escrita por Suzzane Collins: “Catching Fire”. En esta parte de
la historia, todos los tributos sobrevivientes de cada distrito deben
presentarse nuevamente en la arena en honor al 75° Aniversario de los juegos.
El film, dirigido por Francis Lawrence, (conocido por su
amplio recorrido en vídeos musicales o películas como “Constantine” y la serie “Touch”),
no escatima en cuanto a la ambientación se refiere; puesto que ningún detalle
fue dejado al azar, tanto la descuidada vivienda de Haimytch en la Aldea de los
Vencedores como los vestidos creados por
Cinna o la mismísima arena que tiene lugar en una isla y está diseñada en forma
de reloj, ayudan a que el espectador se adentre en la película y llegue a
contextualizarse con la historia.
Igualmente, la caracterización de los personajes fue
cuidadosamente escogida, logrando encontrar actores que encajaran perfectamente
en la descripción personal y física de cada uno de ellos; consiguiendo, sin lugar a
dudas, recrear algunas páginas del libro frente a nuestros ansiosos y
expectantes ojos.
Encontré entretenido el film, puesto que con cada minuto que
transcurría, rápidamente acudía a lo leído y lo contrastaba con lo que pasaba
frente a la pantalla, y debo decir que por todos los aspectos que mencioné
anteriormente, llena medianamente las expectativas.
El foco de la saga, se encuentra en una revolución que se
lleva a cabo por el halo de luz que transmite Katniss, por esa osadía,
irreverencia, atrevimiento y desafío que muestra con cada una de sus acciones y
que no le da opción al Capitolio de otra cosa que no sea sucumbir ante su demanda,
que es a la vez la demanda del pueblo: Dejar vivir a dos de los jugadores,
partiendo en dos la historia de los juegos, pues era un suceso nunca antes
visto. Desde ahí, se creó alrededor de cada uno de los distritos algo que se
había perdido por la opresión, zozobra y temor con el que habían vivido durante
tanto tiempo: Esperanza.
Por lo anterior, se esperaría que en esta segunda parte que
le precede, se centren en la revolución y el levantamiento, antes que en la
dicotomía amorosa por la que pasa la Señorita Everdeen, pues el que resuelva
sus sentimientos por Peeta o Gale, es algo circunstancial, que se desarrolla a
su ritmo. En cambio, en la película fuimos embadurnados de un romance que no
tiene lugar y que le resta protagonismo a los hechos que son verdaderamente
relevantes; pero bien, así es Hollywood, un lugar en donde lo seguro es
apostarle al drama, la comedia, el amor y disparos en autos lujosos.
Por otra parte, encontré que personajes como el de Johanna
Mason, Plutarch Heavensbee, Mags, Beetee y Wiress hicieron de su puesta en
escena el conducto a seguir de historia, mientras que el personaje principal
iba perdiendo fuerza, sumergida quizás en su triángulo amoroso.
En consecuencia, a la
acción y la trama real les fue restada importancia y espacio en la pantalla y
al parecer, tuvieron que acudir a un adelanto de Mockingjay para no dejar al
público con ese sinsabor en sus bocas. Esperemos que nos trae la próxima cinta,
que por cierto, se divide en dos partes para mantenernos como siempre, en
suspenso.