agosto 16, 2016

Los restos del Naufragio

Las 11:11 marcó el reloj
Tic, tac, hora de partir, susurramos los dos
Levamos anclas y zarpamos en este navío
A pesar de la lluvia y el mar de leva
A pesar de la bruma, a pesar de la marea.

Nos despedimos de Lucy con lágrimas en los ojos
Alejándonos de la orilla, nos arroparnos en este despojo
En este océano que condensa tantas catástrofes y maravillas
Iniciamos un viaje donde desertar no tenía cabida 
Donde tanto y nada quedó, donde tanto y nada quedó.

Tú, oriundo de la estepa, no conocías de grises
Yo, habiendo vivido las 4 estaciones, me acomodaba a las diferentes matices
Erramos creyendo  que esto era lo suficiente para obtener desenlaces felices
Navegamos entonces, queriendo ser la excepción
Y parecía que el viento soplaba a nuestro favor,
Pero olvidamos un detalle importante: No teníamos brújula ni dirección.

Sobre el andar aprendimos a aparejar las velas y depositar todo en el otro,
Queriendo refutar lo inminente: Somos humanos rotos
De esos que deambulan absortos, perdidos, desgastados;
Sin brío y sin aliento, luego de haber achicado el agua con tanto esfuerzo
Aceptamos que nos estábamos hundiendo
¿Lo teníamos que lamentar?

Fuimos causa y fuimos efecto
Fuimos los primeros rayos de luz entre la oscuridad antes del amanecer
Fuimos felicidad y la sal de las lágrimas
Fuimos los límites de nuestras limitaciones
Fuimos la sorpresa más grata que nos pudo traer el saltarnos las conjeturas
Fuimos ese salto de fe que en ocasiones dan los ateos a pesar de que no quieren creer.

Fuimos todo y nada
Y ahora que nos ahoga el peso de nuestros ideales y sueños
Sabemos que cualquiera se cansa de nadar en medio de la nada
Dejemos que nos arrastre la corriente, Baby, se nos agotó el don de fluir
Pero no nos preocupemos, ¡Sobrevivimos!
Una parte de ti siempre viaja conmigo
Sabemos que ya no tenemos nada de que huir
Todo quedó atrás, esparcido en las vertientes de nuestro mar.