octubre 29, 2009

Hoy sólo estamos tú y yo

Hoy te escribo sin intención de que me leas, sólo lo hago porque mis meditaciones ya se desbordan de la cabeza y después de pensarlo repetidamente tratando de buscarle el sentido; descubrí que sencillamente no lo hay.

Hoy sólo estamos tú y yo, mi delgado y fino hilo de plata, llevo 19 años bien ó mal vividos, pero vividos a fin de cuentas, aferrándome a ti a cada instante, dándote el brillo que creo te mereces por ser de plata, buscándote un valor material que no existe, ni lo que quiera que perdure para siempre existirá, a menos, claro, que dé todo lo que tengo y lo que no soy para resaltar como los científicos, actores, músicos, doctores y demás personal que tiene un libro con su foto y un premio que certifica que es en su área, uno de los mejores.

Pero, ¿Por qué eres de plata? Porque la plata vale más que el cobre, pero menos que el oro y por ser de esta manera, insípidos e incoloros, debemos esforzarnos en ser como los del párrafo anterior o perecer siendo de cobre, creyendo que lo hicimos bien pero en realidad nos llamamos “esclavos a sueldo” con ocho horas diarias, 5 días a la semana.

¡Qué caprichosa eres vida mía! Y a la vez muy frágil, de nada sirve que tú y yo nos esforcemos día tras día… Si de la nada te vas y me abandonas, dejándome con un cuerpo vacío, una mente sin recuerdos y un alma que divaga por los cielos e infiernos, preguntándose qué clima le sienta mejor.

En este instante y en este preciso momento, dejando el egoísmo por sólo pensar en ti y en mi, dedico algo de tiempo a los que se quedan a ver qué pasó, con los que creamos lazos afectivos por aquello de que somos sociables por naturaleza y que nos regalaron amor para sentir y decir que valía la pena hacer que nuestro hilo fuera de oro, y aunque así no lo fuese, valía la pena por verles sonreir con cada paso oportuno, malobrado o suertudo que nos acerco a la meta.

Ellos que nos llenan de sonrisas y buenos momentos, son los pobres qué no lo entienden y jamás entenderán, que se quedan llenos de "¿Por qué?", "No lo puedo entender" y "Esto no debió pasar así". La razón es muy sencilla, la mente se cierra a lo que no quiere ver y se niega a aceptar algo que no estaba dentro de lo que se piensa ideal y como el momento de desprender el contenido del contenedor es sorpresivo y nunca se está preparado, por eso duele, porque así como ellos hacen que exista la motivación en uno, para aquellos significamos lo mismo o tal vez más.

Ahora decido, pararme en la raya y preguntarte a ti, Dios, ¿Cuál es tú plan divino? No dudo de tú infinita sabiduría y poder, lo que no entiendo es tu rara manera de obrar y hacer tu voluntad pues sí bien nuestra llegada al mundo ya está escrita como el gran libro dicta, no es más sencillo evitar el dolor al padre, que aunque sabe que su hijo es un préstamo en calidad de devolución hacia ti, siempre espera que sea su éste el que le dé cristiana sepultura y no al contrario, pero así pasa y en medios de tantos "Por qué" mejor es dedicarnos a entender los "Para qué".

Ruego y pongo toda mi energía y optimismo en que exista ése dulce paraíso y que todos, sin importar el color del hilo, seamos merecedores de él, porque uno no sabe para quien trabaja y por desgracia quién mencionó alguna vez que “no hay mal que dure 100 años, ni cuerpo que lo resista” se equivocó, la emoción pasa y los recuerdos se desvanecen, lamentablemente quedamos como un ser menos en el mundo y un recuerdo que se evoca de tanto en tanto una vez cada 3 meses o año y el que hace de la emoción un sentimiento, se condena a vivir sumido en una depresión y tristeza que acabara por debilitar sus defensas y llevárselo por falta de esperanza.

Pues bien, ahora que la única certeza que tengo es que no tengo nada seguro, me dedicaré a vivir lo que me ofrezca el universo y tú, ser superior, a disfrutar de los seres que más que llorar me hacen reír, a luchar por mi y por aquel que una vez me hizo reír o de quien disfruté escuchar anecdotas jocosas por parte de seres que amo; voy a pelear el doble y ser quien soy con convicción y energía para que mi hilo, sea de oro, plata o bronce, brille con una intensidad que sea difícil de ignorar, porque en este teatro que no se permite ensayos llamado vida, yo he elegido actuar hasta que caiga el telón.

Esto es para ti, Tita.

No te traté, ni crucé más que saludos contigo, pero todo lo que fuiste y eres no me permite olvidar esa imagen que mi hermana tiene tan viva de ti y que hace parte de nuestra familia ahora y siempre.

Ser superior, ojo que todo lo ve... Cuando nos veamos, no te diré porqué, pediré los para qué, sí no es que en vida ya los entendí.

3 comentarios:

Andrea dijo...

Nos dedicaremos a hacer brillar nuestro propio hilo de metal, buscando compensar por los otros que se desvanecieron en el pasado y que dejaron huella en nosotros. porque su brillo se opaco pero el nuestro aún persiste. Porqué aún vive en nosotros los retazos de luz que alguna vez otros desprendieron y porqué aún nos aferramos a esos recuerdos de aquella cálida luz. Por que aún queremos mantenerlos cerca, a pesar de que ya no brillen más...

Te quedó bien, y no pude evitar dar mi aporte n.n Ojala no sea irrespetuoso de mi parte,
Andrea

Unknown dijo...

Para nada, todo es bien recibido :)

Unknown dijo...

mmmm... Ya te dije lo que te tenía que decir por MSN, pero dado que lo común allá es el side B de la cinta de la crítica, acá pondré el Side A.

:P I like that... Aunque hay un detalle... Tu hilo no es de oro, es de platino con un lustre tan cegador, que puede cautivar hasta al alma más distante, invitandolos ha vibrar en la hermosa frecuencia de tu hilo ^.^